El presenciar una crisis epiléptica, especialmente las crisis de tipo generalizadas, produce un gran impacto emocional, pues por sus características: sacudidas violentas de todo el cuerpo, sonidos guturales o desgarradores, cambio de coloración de la piel en un tono pálido/violáceo; hacen pensar que la persona se está asfixiando y/o muriendo.
A pesar de lo impactante que puedan ser las crisis epilépticas, afortunadamente la mayoría de ellas son autolimitadas y breves, de 2 a 3 minutos de duración; posterior a las cuales el paciente se recupera totalmente, sin secuelas y sin recordar nada de lo sucedido.
A continuación, revisaremos lo que debes y no debes hacer frente a una persona con crisis epiléptica:
HACER |
NO HACER |
1) Mantener la calma. |
1) Evitar intentar abrirle la boca al paciente o introducirle algún objeto en ella para evitar que se muerda la lengua o labios. |
2) Despejar el lugar donde está la víctima para evitar que se haga daño. |
2) No es necesario contener los movimientos involuntarios del paciente. |
3) Posicionar de lado al paciente: para evitar que aspire su saliva y/o vómitos. |
3) Evitar introducirle los dedos en la boca al paciente. |
4) Observar detenidamente todo lo que le ocurre al paciente. |
4) No administrarle ningún medicamento durante la crisis. |
5) Acompañarlo hasta que la crisis finalice y reconfortarlo cuando se recupere. |
5) No es necesario aplicar reanimación del tipo respiración artificial; la crisis es autolimitada y se recuperará en unos minutos. |
¿Cuándo acudir a un Servicio de urgencia?
Generalmente no es necesario llevar al paciente a un Centro Asistencial, con la excepción de las siguientes situaciones:
- Cuando es la primera crisis.
- Cuando ocurre en pacientes con fiebre.
- Si se ha lesionado producto de la crisis.
- Si se tiene una crisis tras otra, sin recuperación de la conciencia entre ellas.
- Si presenta una crisis prolongada, más de 5 minutos, sin recuperación de conciencia del paciente.
- Si la paciente se encuentra embarazada.